- VISTA DEL INGRESO
REVISTA: Una residencia en Monterrico. (1959). El Arquitecto Peruano, 264-265-266, 29-33 - VISTA EXTERIOR DESDE JARDÍN
REVISTA: Una residencia en Monterrico. (1959). El Arquitecto Peruano, 264-265-266, 29-33 - VISTA DEL PATIO DE INGRESO
REVISTA: Una residencia en Monterrico. (1959). El Arquitecto Peruano, 264-265-266, 29-33 - VISTA FACHADA INTERIOR
REVISTA: Una residencia en Monterrico. (1959). El Arquitecto Peruano, 264-265-266, 29-33 - VISTA DEL PATIO CENTRAL
REVISTA: Una residencia en Monterrico. (1959). El Arquitecto Peruano, 264-265-266, 29-33 - VISTA DE LA PÉRGOLA
REVISTA: Una residencia en Monterrico. (1959). El Arquitecto Peruano, 264-265-266, 29-33 - VISTA SALA DE MÚSICA
REVISTA: Una residencia en Monterrico. (1959). El Arquitecto Peruano, 264-265-266, 29-33 - VISTA INTERIOR
- PLANTA PRIMER PISO
REVISTA: Una residencia en Monterrico. (1959). El Arquitecto Peruano, 264-265-266, 29-33 - PLANTA SEGUNDO PISO
REVISTA: Una residencia en Monterrico. (1959). El Arquitecto Peruano, 264-265-266, 29-33
ORTIZ DE ZEVALLOS Luis
1959
“Al diseñar esta casa típicamente limeña, situada sobre un contrafuerte, terraplenado mediante andenes, de uno de los cerros que circundan la capital, el arquitecto ha tenido que resolver tres problemas principalmente:
1°) El dar cómodo y agradable alojamiento a una familia numerosa.
2°) El defender a la casa del fuerte viento sur reinante en la zona, y
3°) El proteger a los ambientes de estar y recepción de la intensa luz del verano.
Como se puede ver en los planos, el primer y el segundo problema fueron resueltos casi simultáneamente agrupando a los diferentes elementos de la residencia alrededor de un sistema de patios los cuales individualizan las diferentes zonas, a la vez que proveen a los miembros de la familia con los espacios suficientes de habitación y de estar común sin excluir una cierta y necesaria posibilidad de guardar la privacidad individual. Como es obvio, el viento ha quedado de esta manera automáticamente excluido de las áreas vitales de la casa, las que se encuentran bajo la protección de los volúmenes que cierran los patios por el lado sur. El grupo de dormitorios se encuentra del lado norte, siendo protegida adicionalmente por un bien proporcionado corredor a manera de “amortiguador”.
Los importantes aleros sobre los ventanales garantizan, a más de una defensa contra la excesiva luz, una lograda modulación de sombras sobre las paredes de los patios interiores, tal como se puede apreciar en las diferentes fotografías, las mismas que muestran igualmente la pérgola que enmarca y realza esta zona.”
Fuente: REVISTA: Una residencia en Monterrico. (1959). El Arquitecto Peruano, 264-265-266, 29-30